Abi

Este despido será de parte de Diana, su amiga y casa de acogida.

“Abi, mi querido Abi… aún me acuerdo del primer día que te vi en el Jardinet dels gats, metido en un jaula, estirado encima de tu arenero bufando… También me acuerdo el día en el que decidí acogerte y la que armé en casa…

Me dijeron que como mucho vivirías dos semanas , quería que murieses en un hogar, en vez de en una jaula, ya que tu anterior vida ya fue suficientemente dura, al menos, quería que tuvieses un final feliz; y ¡mira por donde, has llegado a los cinco meses! Podría decir que los mejores de mi vida.

Cuando llegaste, eras muy precavido, nunca salías debajo de la cama, sólo bufabas y mordías, hasta que un día, saliste de tu escondite a buscar compañía, salías a la terraza a tomar el sol y luego te volvías a meter debajo la cama.

Y así iban pasando los meses, hacíamos pequeños avances en nuestra amistad. También me acuerdo de la primera vez que te fui a buscar del veterinario, ¡gritabas por la calle como si alguien intentase matarte! Yo te hablaba y sujetaba el trasportín en mis brazos y tú te tranquilizabas.
Un día, te dejaste tocar y empezaste a ronronear, casi no me lo podía creer, pero tenías una obsesión con las manos, siempre que podías, las mordías… ¡Anda que no me he llevado yo mordiscos tuyos! Ahora las recuerdo con mucho cariño.

La cantidad de tardes que hemos pasado juntos, en mi regazo ronroneado o cuando yo empezaba a maullar y tú me contestabas…

Quería agradecerte por haber entrado en mi vida, ya que has hecho de ella algo mejor, nunca te olvidaremos. Muchos besos de parte de Tina, Carme y Mihaela, que han estado ahí contigo en todo momento.

Te queremos, y lo sabías.

Con todo el cariño del mundo:
Diana Manciulea.”