Cler

Cler, tenía un don, el don de hacerte sentir en paz y en calma como no se ha visto nunca antes en una gata. Tremendamente dulce, cariñosa, si te miraba con aquellos ojitos verdes caías rendido a sus encantos. Apareció en una construcción, no sabemos cuánto tiempo llevaba allí, una gata tan dulce y especial. Hoy en día, si topamos con una gata que sea como ella, todo amor, siempre la tenemos presente y decimos que es una Cler.

Nuestra linda vaquilla marchó demasiado temprano, antes de que pudiera encontrar una casa donde la conocieran y se enamoraran de ella. El cáncer se instaló en su cuerpo y no lo pudo soportar. Su mirada, sus patitas, todo en ella era precioso.

Su muerte fue un golpe duro y muy triste que, a día de hoy, todavía no nos hemos repuesto y nos hacen saltar las lágrimas. Sentimos mucho que no pudiera estar más tiempo entre nosotros, para poder ser una gata amada y feliz.