Siempre nos ha gustado esta foto de Tina, la representa a ella y también a Rosa, nuestra terapeuta floral, amiga y compañera.
Ella, junto a su hijo Iván, tienen cuida de Tina desde que llegó a nosotros en un estado tan lamentable que sólo verla, en lugar de estar alegres por ella, nos daban ganas de llorar. Posiblemente a su antigua casa no quisieron encontrar solución, tratamiento o decidieron que no lo merecía, pobrecita todo eran piel y huesos. Siempre simpática, dulce. Tina se recuperó un poco y parecía que todo iba bien, pero no pudo salir en adopción, le detectaron un cáncer. Tomaba sus baños de sol diarios y con la medicina celebraban sus “cumple” días y “cumple” semanas. Su casa de acogida se transformó en su hogar. Tina ya ha marchado a un lugar donde no tiene cabida el abandono, donde los que sufren son recompensados, miraremos atrás y recordaremos a una Tina bonita, cariñosa, tierna … Como alguien pudo tener el valor de dejarla? Es una pregunta que siempre nos hacemos.
Desde aquí pensaremos en ella, te quiero y te llevaremos en el corazón.
